Dan
Brown EL SÍMBOLO PERDIDO
“El secreto es cómo morir”
Su aspecto era más que respetable para un hombre de
cuarenta y tantos años. La única diferencia era el esfuerzo que debía invertir
para mantenerlo así.
Las religiones prometen la salvación, las religiones
creen en una teología precisa, y las religiones convierten a los no creyentes.
La muerte suele ser un asunto de todo o nada.
Únicamente la muerte responderá esas cuestiones.
Como es arriba es abajo.
Pareció quedarse con la mente en blanco como un televisor
mal sintonizado.
El pensamiento humano puede literalmente transformar
el mundo físico.
La clave de nuestro futuro se oculta en nuestro
pasado.
En tiempos felices se usaba un lenguaje feliz, y en
tiempos de tensión, lo contario.
La aceptación generalizada de una idea no es ninguna
prueba de su validez.
El saber es poder, y el saber adecuado permite al
hombre llevar a cabo tareas milagrosas, casi divinas.
La persona adecuada, el momento equivocado.
Las herramientas poderosas pueden ser utilizadas para
hacer el bien o el mal.
La piedra filosofal, una sustancia que, según los
alquimistas, puede proporcionar la vida. Otros aseguran que es una referencia al
Sancta Sanctórum, una cámara oculta en el interior del Gran Templo.
Invariablemente “occultum
lapident” es fuente de poder e iluminación.
No conozco ningún modo de obligar a un hombre a creer
lo que no quiere creer.
Jesús afirmó: “Nada hay oculto que no haya de
descubrirse ni secreto que no haya de conocerse y salir a la luz.”
Desde los tiempos de Miguel Ángel, los escultores
ocultaban las imperfecciones en sus obras introduciendo cera caliente en las
grietas para después frotarla con polvo de piedra pómez. El método se
consideraba tramposo y por tanto, las esculturas sin cera, literalmente sine cera, se tenían por una obra de
arte sincera. La locución perduró y al
día de hoy continuamos utilizando el adverbio “sinceramente” para expresar que
algo carece de artificio.
El hombre al ser de carne es propenso a los pecados
del orgullo desmedido, el odio, la impaciencia y la avaricia.
El cristianismo comprende el poder transformador del
sacrificio. En la actualidad, para honrar el sacrificio efectuado por Jesús,
sus seguidores ofrecen sus gestos de sacrificio personal: el ayuno, la vigilia
de cuaresma, el diezmo…
“El reino de Dios está en tu interior”, dijo
Jesucristo. “Conócete a ti mismo”, aconsejó Pitágoras.
“¿Acaso no sabéis que sois dioses?”, aseguró Hermes
Trismegisto.
El único principio religioso que defendieron fue la
libertad de culto.
Cuando oímos la verdad, la sentimos resonar en nuestro
interior, la sentimos vibrar el unísono con nuestro saber inconsciente.
Posiblemente la verdad no se aprende, sino que se
recuerda…, se rememora…, se reconoce… como aquello que ya llevamos dentro.
Nunca es fácil encontrar la verdad.
Todas las grandes verdades son simples.