Dalai Lama Con el Corazón Abierto
Las
herramientas eficaces para todas aquellas personas interesadas en cultivar una
vida de mayor compasión. Casi nunca me
irrito por nada y, si lo hago, el enfado no me dura mucho.
Sin la
amistad y la sonrisa de nuestros congéneres nuestras vidas serían desgraciadas
y nuestra soledad abrumadora. Dependemos
de los demás para subsistir. Dar y
recibir amor, es la clave de la felicidad. A
medida que nos hacemos viejos dependamos cada vez más de la ayuda de los demás:
esta es la naturaleza de nuestra vida como seres humanos.
¿Cuál es el
propósito de la vida? Ser felices. Todo ser humano busca la felicidad y huye
del sufrimiento. Nadie nace libre de la necesidad de amor. Llevamos la
necesidad de afecto humano en la sangre desde el mismo día de nuestro
nacimiento. Si la mente está tranquila y ocupada por pensamientos positivos, el
cuerpo no caerá fácilmente presa de la enfermedad.
La compasión
es el deseo de que otro ser se vea libre del sufrimiento, el amor es desearle la felicidad. Conviene
dirigir nuestros mayores esfuerzos a conseguir la paz mental en vez de
ocuparnos del bienestar físico. Podemos desarrollar nuestras mentes mediante un
adiestramiento constante. Es posible lograr cambios profundos en las actitudes
mentales.
Ver en cada
nuevo obstáculo una valiosa oportunidad para mejorar nuestra mente. A pesar de
su poder, la ira y el odio pueden ser controlados. La razón y la paciencia son
los antídotos más poderosos contra la ira. Resulta más valioso preocuparse de tu mente
que de tu dinero. Todos nosotros deseamos por naturaleza la felicidad y
queremos evitar el sufrimiento. Establecer una relación más estrecha con los
demás se ha convertido en un elemento esencial para nuestra propia
supervivencia. Debemos respetar y aceptar la coexistencia de puntos de vista
diferentes. Siempre habrá entre nosotros personas y grupos que alberguen malas
intenciones.
Un dictador
es por principio perjudicial. Lo que importa es conseguir finalmente el amor,
la compasión y el perdón. Toda persona tiene derecho a decidir si abraza o no
una religión. El afecto humano y la compasión constituyen la religión
universal. Un buda es una manifestación completa tanto de la sabiduría como de la compasión. Dar
prioridad al bienestar de los demás.
Los engaños
que hay en nuestra mente: el odio, la ira, el apego, los celos, son nuestros
verdaderos enemigos. Nuestro auténtico enemigo reside en nuestro interior. El
enemigo real procede de dentro y no de fuera. Los enemigos internos son la ira
y el odio. Un problema aparece y pasa y pronto otro ocupa su lugar. La práctica
de la paciencia o la tolerancia resulta crucial. Practicante de la paciencia. Practicamos
la paciencia para superar el odio y la ira. La naturaleza de nuestra existencia es tal
que dependemos de la cooperación y de la amabilidad de otros para nuestra
supervivencia. El enemigo real es el enemigo interior. Asegurar que la práctica
espiritual y el adiestramiento de la mente no se vean contaminados por
preocupaciones mundanas como la fama, la riqueza y el placer.