Stephen King Carrie
La gente no mejora, solo se hace más lista.
La mente masculina espera muy poco de los miembros de su mismo sexo en lo que se refiere a altruismo.
El agudo cacareo quedó flotando en la perfumada oscuridad que temblaba al borde del verano.
El crepúsculo resplandecía a su alrededor, y los edificios conspiraban sobre las aguas.
Había una sonrisa dibujada en su rostro, una sonrisa enorme, espantosa, casi siniestra, una sonrisa que flotaba ausente en la llameante oscuridad como un esquivo rasgo de locura.
El campo, que empezaba a llenar baches con místicos charcos de niebla.
La gente no mejora, solo se hace más lista.
La mente masculina espera muy poco de los miembros de su mismo sexo en lo que se refiere a altruismo.
El agudo cacareo quedó flotando en la perfumada oscuridad que temblaba al borde del verano.
El crepúsculo resplandecía a su alrededor, y los edificios conspiraban sobre las aguas.
Había una sonrisa dibujada en su rostro, una sonrisa enorme, espantosa, casi siniestra, una sonrisa que flotaba ausente en la llameante oscuridad como un esquivo rasgo de locura.
El campo, que empezaba a llenar baches con místicos charcos de niebla.
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