Difícil es la victoria cuando el adversario es la serpiente.
El que en más considera a un amigo que a su propia patria, éste no me merece consideración alguna.
No puede pasarme nada que no sea mi destino.
Las malas noticias suelen hacer que uno se retarde.
No hay quien quiera a un mensajero que trae malas noticias.
Entre los hombres, nada, ninguna institución ha prosperado nunca tan funesta como la moneda.
El que te hiere el alma es el culpable; yo te hiero en las orejas.
No nací para compartir el odio sino el amor.
Huyen hasta los más valientes, cuando sienten a la muerte rondarles por la vida.
Felices aquellos que no prueban en su vida la desgracia.
Bueno es tomar consejo de los que bien lo dan.
Cosa dulce es aprender de quien bien te aconseja en tu provecho.
Las desgracias que uno tiene que afrontar, cuanto más brevemente mejor.
No hay hombre que pueda eludir lo que el destino le ha fijado.
La prudencia es la base de la felicidad.
En lo debido a los dioses no hay que cometer ni un desliz.
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