miércoles, 4 de mayo de 2011

Agatha Christie en Las Manzanas

Agatha Christie Las Manzanas
Una muchacha muy segura de sí misma, muy aficionada a formular preguntas.
Et bien, en la vida hay que correr necesariamente ciertos riesgos.
Lo bueno de usted es que se toma todas las cosas con mucha calma.
¿Sabe usted qué es lo que me recuerda su persona? Pues un computador. Se está usted programando a sí mismo.
Bueno, supongo que comprendo lo que quiere decir, evidentemente se le notaba lo contrario.
Usted se da cuenta de que puede resultar una persona auténticamente irritante a veces.
Entiendo que todo esto ha tenido que resultarle doloroso.
En los momentos actuales habla ya con cierta complacencia de lo acaecido.
Lo que sucede realmente, la mayor parte de las veces, es que no sabemos del prójimo nada en absoluto.
Seguro que dijo algunas verdades también, pero yo me atrevería a afirmar que aquellas no fueron demasiadas.
Las mentiras salían de su boca con la mayor naturalidad.
Hemos de esforzarnos por no vivir demasiado inmersos en el pasado.
Los viejos pecados tienen largas sombras.
Hombres y mujeres, criaturas incluso, mueren asesinados porque ofrecen la perspectiva de facilitar una ganancia, porque inspiran temor, porque despiertan amor.
No podemos hacer la vida que sugieren nuestros nombres.
El pasado es el padre del presente.
Los chicos saben guardar bien sus secretos. Acostumbran a convertirlos en centro de sus reflexiones.
Los acontecimientos, gran número de veces se precipitan de una manera extraña.
Lo he leído en alguna parte, no sé donde.
Los sombreros de las brujas se gastan, como todas las cosas de este mundo.
El presente se halla casi siempre enraizado en el pasado.
Cuando a uno no le gusta algo lo inteligente es que se esfuerce por averiguar el porqué.
Siempre me ha gustado hacer un favor a cualquiera, pero eso de que me usen de comodín…
A lo largo de mi existencia he tenido que reflexionar mucho y casi siempre de resultas de ello sé elegir el camino más seguro. Como todo el mundo a veces me equivoco, naturalmente.
Son chicos sanos como una manzana… sin gusanos.
Hay que reconocer que la gente es muy rara. Se forja deseos, obligaciones.

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