domingo, 16 de mayo de 2010

Borges y Bioy Casares en Seis problemas

Jorge L. Borges y Adolfo Bioy Casares Seis problemas para don Isidro Parodi 1942 Emecé Editores, Buenos Aires.

Los que tenemos la desgracia de haber perdido la fe del carbonero y del niño no hallamos en la fría inteligencia el bálsamo reconfortante que brinda a su rebaño la Iglesia.
A todos nosotros nos convendría una dosis de inocencia y de sencillez.
Sorteando astutamente al guarda, a quien soborné con un interesante ejemplar de la numismática paraguaya.
El destino, que es prolijo, no da puntada sin nudo.
Se quedó con su cara de pan que no se vende.
La magia, como las otras ciencias exactas, es apenas una luciérnaga que guía nuestros vanos tropezones en la noche considerable.
De la mésure avant toute chose.
Ni siquiera es perfecta la tortuga, que medita bajo una cúpula de carey.
El buen actor no entra en escena antes que edifiquen el teatro.
Mi efímero paraíso no logró los años de la tortuga o del sapo.
Para que la dicha de éste fuera redonda.
Macaco viejo no sube a palo podrido.
A usted me lo dejaron más solo que a un ojo de vidrio.

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