viernes, 6 de enero de 2012

Dan Millman en Las doce puertas

Dan MilDan Millman Las doce puertas Febrero 2011.

Es bueno tener una meta; pero al final lo que cuenta es el viaje en sí. Ursula K. leGuin

PREPARACIÓN:

La escalera hacia el alma

Doce puertas hacia el desarrollo espiritual

Las puertas que conducen a la iluminación cotidiana

Programa de doce semanas para alcanzar la iluminación cotidiana.

LA PRIMERA PUERTA

Descubre tu valía

Apreciar tu valía interior

Descubrir lo mucho que vales libera tu espíritu.

Abrirse a la vida

LA SEGUNDA PUERTA

Recupera tu voluntad

Dentro de ti hay una fuerza por descubrir, la clase de fuerza que no cederá ante las adversidades.

En tu interior reside una gran fuerza de voluntad.

El poder de cambiar

LA TERCERA PUERTA

Tonifica tu cuerpo

Tu cuerpo es lo único

que sin duda conservarás durante toda la vida.

Es la base de tu existencia terrenal.

Al tonificar tu cuerpo

enriqueces tu vida,

pues acrecientas cada una de tus facultades humanas.

Si te falta vitalidad,

poca cosa puedes hacer;

pero si gozas de buena salud,

todo es posible.

Una base para toda la vida

LA CUARTA PUERTA

Administra tu dinero

El dinero es una forma de energía.

Al manejar bien tu dinero, con prudencia, compartes tu riqueza material y espiritual con el mundo.

Estabilidad económica y práctica espiritual

LA QUINTA PUERTA

Domina tu mente

El mundo es un reflejo de tu mente. Al despejar tu mente, percibes la realidad sencillamente tal como es.

Paz interior y realidad pura

LA SEXTA PUERTA

Confía en tu intuición

Si no confías en tus sentidos internos, ¿en qué vas a confiar?

Acceder a la guía interior

No hay una receta universal para vivir.

Cada uno de nosotros lleva su propia forma de vida en su interior: una forma irracional a la que nadie más puede acceder.

LA SÉPTIMA PUERTA

Acepta tus sentimientos

No puedes controlar tus sentimientos, por tanto no eres responsable de ellos;

sólo de tu respuesta frente a ellos.

Respeta tus sentimientos; pero no permitas que controlen tu vida

LA OCTAVA PUERTA

Enfréntate a tus miedos

El miedo te lanza señales o advertencias, es capaz de limitar tu vida.

El valor no consiste en la ausencia de miedo, sino en vencerlo.

Vivir como guerreros pacíficos

LA NOVENA PUERTA

Ilumina tu sombra

Te convertiste en “esto” y no en aquello. Los contrarios ocultos saldrán a la luz algún día.

Al liberar la energía que antes permanecía aprisionada para defender cierta imagen de ti mismo,

recuperarás vitalidad, discernimiento, humildad y compasión.

Cultivar la compasión y la autenticidad

LA DÉCIMA PUERTA

Acepta tu sexualidad

Los anhelos y los apetitos (por el sexo, por la comida o por la vida misma) son tan naturales en ti

Como las nubes en el cielo o las olas en el mar.

La vida no consiste en dar rienda suelta a sus energías o privarse de ellas,

sino en observarlas, aceptarlas y canalizarlas de manera adecuada.

Celebrar la vida

Todos los animales excepto el hombre saben que el principal objetivo de la vida es disfrutarla.

LA UNDÉCIMA PUERTA

Despierta tu corazón

El amor es el gran secreto de la vida. El amor te lleva a comprender a todos los seres, cosas y circunstancias.

Estás aquí para convertirte en tu ser superior.

El poder curativo del amor

LA DUODÉCIMA PUERTA

Sirve a tu mundo

El mundo te ha apoyado, alimentado e instruido.

Haz todo cuanto esté en tu mano para pagar una deuda ilimitada de gratitud.

Al dar a los demás, te abres al amor, a la abundancia y a la paz interior.

No puedes ayudar a los demás sin ennoblecerte tú mismo.

Completar el círculo de la vida

El propósito de la vida no es ser feliz, sino importarle a alguien, ser productivo y útil,

Conseguir que algo cambie en el mundo por el hecho de que hayas vivido.

CONCLUSIÓN

Practicar la iluminación cotidiana

El alumno percibe lo ocurrido; el profesor sabe qué ocurrirá; el maestro comprende lo que ocurre en su interior.

Estás en la escuela de la vida.

La vida cotidiana como práctica espiritual

Final de viaje

Cuando recorras los caminos que se abren ante ti, no olvides tu sentido del humor, tu perspectiva, tu condición de ser humano.

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