miércoles, 9 de diciembre de 2009

Arthur C. Clarke en "2010: ODISEA DOS"

2010: ODISEA DOS Arthur C. Clarke
Apenas jugábamos con alocadas conjeturas que me avergonzaría contarte. Aun así, sospecho que ninguna será ni la mitad de disparatada que la realidad.
Halló el contento, que es tan importante como la felicidad, y más duradero.
A pesar de la diferencia de veinte años que existía entre ellos, comprendía sus estados de ánimo y sabía rescatarlo de sus esporádicas depresiones. Gracias a ella, podía ahora evocar la memoria de Marion sin pesadumbre, aunque no sin una cierta melancolía, que lo acompañaría por el resto de su vida.
Con la voz más natural a que pudo apelar, Floyd respondió: -No me puedo quejar, Víctor. ¿Cuál es el problema?
Podría no ser su problema, pero seguía siendo su responsabilidad.
Tal vez sería mejor que cerrara aquel capítulo de su vida, y localizara todo su pensamiento y energía en su nueva carrera. Pero sabía que era imposible.
El diagnóstico es sólo el primer paso. El proceso es incompleto a menos que lleve a la curación.
En el análisis final, la elección había sido hecha con el corazón, no con el cerebro.
Todos los proyectos humanos están sujetos a la insensible revisión de la Naturaleza, del Destino, o como se quiera llamar al poder del Universo.
Comenzó una vez más a hojear las quinientas páginas de datos, dejando su mente en blanco, lo más receptiva posible.
Cualquier cosa que alguna vez hubiera sucedido en la Tierra podría repetirse millones de veces en cualquier otro lugar del Universo, esto era casi un artículo de fe entre los científicos.
No sé si será asunto mío, pero hay una cuestión personal que querría aclarar contigo. -Cuando alguien dice que algo no es asunto suyo, casi siempre tiene razón.
Siempre habría un lazo secreto entre ellos, no de amor, sino de ternura, que es mucho más duradera.
Es demasiado pequeño para comprender, y los niños son increíblemente... ¿elásticos? No, aguarda, tendré que repasar el diccionario, ¡ah! adaptables.
Nos ha quedado lo que uno de sus comentaristas llamó el síndrome de "mirar por sobre el hombro".
Nuestras psicologías son demasiado diferentes. El cree que soy un payaso bocón. -Y a menudo lo eres. Pero sólo para ocultar tus auténticos sentimientos. Algunos de nosotros hemos desarrollado la teoría de que en lo profundo de ti hay una persona realmente agradable, pugnando por salir...
Habían dado el primer paso hacia una auténtica amistad. Habían intercambiado debilidades.

1 comentario:

  1. Que Buen fragmento abuelo Juan, y q buena ida tuvo usted con este blog, lo felicito y espero que siga creciendo.
    Le dejo cordiales saludos no sin antes expresarle que fue un honor para mi que usted estuviera presente en el dia de en que me gradue junto a mi compañera Cocó.
    Hasta la proxima, estare por aqui visitando.

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