jueves, 12 de abril de 2012

Isabel Allende en Los cuentos de Eva Luna

Parecía a salvo de los tormentos de la esperanza.

A ver si los inconvenientes se arreglaban solos, como casi siempre ocurre.

Había nubes atrapadas entre las colinas y el paisaje parecía de algodón.

Alguna vez tuvo cintura virginal, porte gracioso y perfil de medallón.

Hablar es también ser. El gesto y la palabra son el pensamiento del hombre.

Para exorcizar los demonios de un recuerdo es necesario contarlo como un cuento.

Había acumulado tanto sufrimiento ajeno, que era incapaz de pensar en el dolor propio.

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