jueves, 7 de enero de 2010

Carl Sagan en Contacto

CONTACTO Carl Sagan Traducción: Raquel Albornoz

Que podamos dejarle a tu generación un mundo mejor que el que nos dejaron.
Era inconcebible que su madre pudiera estar verdaderamente enamorada de esta persona. Seguramente había vuelto a casarse por razones de soledad, por flaqueza. Necesitaba que alguien se ocupara de ella.
No es deseable creer una proposición cuando no existe fundamento para suponer que sea cierta.
Durante toda la presencia del hombre sobre la faz de la Tierra, el cielo nocturno ha sido siempre para él una compañía y fuente de inspiración. Las estrellas son reconfortantes y parecen demostrar que los cielos se crearon para beneficio del ser humano.
Algunas personas hallaron en los cielos una apertura hacia la sensibilidad religiosa. Muchos se sienten sobrecogidos y humillados por la gloria y la magnitud del cosmos. Otros, sienten el estímulo para manifestarse con el más exagerado vuelo de su fantasía.
Para trabajar bien, es preciso estar lejos de la civilización.
Esta es la primera vez en la historia humana en que podemos buscar a los habitantes de otros mundos. Si fracasamos, habremos llegado a captar algo de lo rara y valiosa que es la vida en nuestro planeta, hecho que, si se concretara, valdría la pena que supiéramos.
A los que beben sin brindar los llamamos alcohólicos.
Había excesos en la ciencia tanto como en la religión. El hombre sensato no debía dejarse atemorizar por ninguna de las dos.
No tiene idea de cómo un nuevo paradigma científico incluye al anterior.
Es preciso prever todas las eventualidades.
-Es difícil matar a una criatura una vez que ésta te ha demostrado su inteligencia.
¿Por qué la gente dice “cometer nuevamente el mismo error”? ¿Qué le agrega “nuevamente” a la oración?
Dices que no hay amor, mi amor,
a menos que dure para siempre.
Tonterías, hay episodios
mucho mejores que la obra entera.
Le gustaba contarle sus recuerdos, fragmentos del pasado, y el no sólo manifestaba interés sino que parecía fascinado. La interrogaba durante horas sobre su infancia, siempre con preguntas directas pero cariñosas.
El lenguaje nos libera del sentimiento, o casi. A lo mejor es una de sus funciones… que podamos comprender el mundo sin dejarnos abatir totalmente por él.
Yo desconfío de los científicos porque ellos a su vez desconfían de todo.
La primera idea que se le ocurre a una persona no es necesariamente correcta. La gente es capaz de autoengañarse. Los científicos también.
Yo no creo en la existencia de una única verdad, pero cuando se permite la discusión de las distintas opiniones, cuando cualquier escéptico puede practicar un experimento para verificar su teoría, allí tiende a surgir la verdad.
-Las principales religiones de la tierra se contradicen unas a otras, y no todas
pueden ser correctas. ¿Y si estuvieran todas equivocadas? Es una posibilidad.
-Quizá seamos todos peregrinos en el camino que conduce a la verdad.
¿Y si lo que consideramos como verdadero resulta ser un malentendido, un caso especial, un equívoco?
Mirar las estrellas siempre me hace soñar, como sueño al contemplar los puntitos negros que representan a pueblos y ciudades en un mapa. Vincent Van Gogh.
-Podríamos decir que mi carrera científica ha sido una secuencia de asociaciones libres; una cosa me fue llevando a la otra.
El universo no sólo es más extraño de lo que imaginamos, sino más extraño de lo que podemos imaginar.
Ya conocen el dicho: Una vez es accidente, dos, coincidencia, tres, conspiración.
Cuando alguien pasa muchos meses con un grupo pequeño y aislado de personas, se vuelve muy sensible a los ánimos y estados emocionales de cada uno de sus miembros.
Creo que hay una respuesta para cada problema, si buscas en el lugar adecuado.
El se sentía satisfecho. Había hecho todo lo posible, el resto dependía de los Hados.
No podemos hacer nada respecto de eso. Hemos trabajado lo mejor posible y ahora volvemos a casa.
¡Es sólo una máquina! –También nosotros lo somos. Sólo es una cuestión de niveles. El hecho de estar constituidos por carbono o por siliconas no hace una diferencia fundamental, deberíamos
tratarnos mutuamente con un respeto apropiado.
Uno de esos golpes de suerte que a veces –no siempre- favorecen a quienes lo merecen.
La terminología sobrevive mucho tiempo a la tecnología que le dio origen.
Imaginaba una docena de cosas que podían fallar, no era gran consuelo recordar que siempre era una decimotercera la que finalmente fallaba.
Tenía como regla no preocuparse nunca por aquello sobre lo cual no tuviera ningún control.
Lo disfrutaba aun más porque seguramente ya nada podría funcionar mal, y aunque eso sucediera no tendría nada que reprocharse. Había hecho todo lo posible para asegurar el éxito.
Algunos peligros son tan espectaculares y tan alejados de la experiencia cotidiana que la mente
se niega a aceptarlos como reales, y contempla cómo se acerca la destrucción sin ningún tipo de aprensión. El hombre que ve cómo se abalanza la ola gigante, cómo desciende la avalancha, cómo se acerca el embudo enloquecido del tornado, y no hace ningún intento de huir, no está necesariamente paralizado por el miedo o resignado a su destino inevitable. Simplemente, no es capaz de creer que el mensaje que sus ojos le comunican tenga que ver con el. Todo esto le está sucediendo a algún otro.
Lentamente, la tensión se fue aflojando. Como siempre sucede en estas circunstancias, la gente comenzó a reírse y a hacer bromas tontas.
La idea central del capitalismo era proporcionar alternativas al consumidor.
Sólo se destinan abultados presupuestos para publicidad cuando no hay diferencia entre los productos. Si los productos fueran realmente distintos, la gente compraría el mejor. La
propaganda le enseña al hombre a no confiar en su propio criterio, a comportarse como un estúpido.
Los fabricantes podrían derivar una parte de su presupuesto publicitario para mejorar sus productos, y así saldría beneficiado el consumidor.
El escepticismo es la castidad del intelecto, y es una vergüenza entregarlo demasiado pronto. George Santayana.
Ella no era atea sino agnóstica. Tiene una mente abierta; no obstaculizada por el dogma.
¿Por qué no podemos determinar qué es lo que sirve a nuestro mejor interés… como especie?
Yo sería el último en negar que existe bondad en el corazón del hombre.
Como sucede con las pruebas bien estructuradas, el solo hecho de darlas constituía de por sí una experiencia de aprendizaje.
Gustav Benzel, un técnico checoslovaco que, en 1870 inventó la calesita.
Había encarado escépticamente el problema porque el escepticismo yacía en el corazón de la ciencia.
No tenía ánimo para el trato social, y tampoco podría soportar reuniones largas.
Empezamos a considerar a la Tierra como un organismo, un ser viviente. Nos preocupamos por él, le tenemos cariño, le deseamos lo mejor.
Las leyes viejas no se han puesto a la par de la tecnología moderna. Se pierde mucho tiempo con los juicios, y eso disminuye el rendimiento.
Se reprochó no haber encontrado nunca quince minutos libres para charlar con su madre.
Los dioses existen porque la naturaleza misma ha impreso el concepto de ellos en la mente del hombre. Cicerón.

Llevaría una navaja multiuso suiza.
En Mozambique se dice que los monos no hablan porque saben que, si llegan a articular una sola palabra, el hombre los pondrá a trabajar.
Pero, ¿por qué nos comunicamos? Para intercambiar información. Porque nos alimentamos de ella. La información es imprescindible para nuestra supervivencia, puesto que si no la tuviéramos, moriríamos.
Yo creo que nos comunicamos por amor o compasión.
Le pregunté si, ya que podía hablar con las piedras, también podía comunicarse con los muertos. ¿Y qué respondió? Que con los muertos era fácil. Con quienes tiene problemas es con los vivos.
Se mostró preocupada por las irracionales predilecciones de la especie humana.
Se alegró de que, para él, fuese a haber un después.
Estoy pensando cada vez menos, se dijo, pero no importa, sinceramente no importa.
Lo siento muchísimo. Tengo cierta experiencia en eso de llorar por la pérdida del ser amado.
Justo cuando se sentía con más capacidad que nunca para amar, de pronto se encontraba sola.
Ni siquiera en un momento así podía abrazarlo. Eran dos extraños mínimamente unidos por un cadáver.
Perdóname. Sólo fui humana. Cariños, Mamá.
Las criaturas pequeñas como nosotros sólo podemos soportar la inmensidad por medio del amor.

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