domingo, 23 de enero de 2011

Horacio Quiroga en El Yaci – Yateré

Horacio Quiroga El Yaci – Yateré

Por el mismo criterio que los gobiernos sofocan una vasta huelga, nombrando ministro precisamente a un huelguista.
El monte vuelca sobre el río su perfume crepuscular.
El pasajero avanza sentado en proa, tiritando de frío y excesiva soledad.
Una buena necesidad de hablar poco, por haber pensado mucho.
Una inmovilidad de resorte tendido.
La cruda luz lavaba el paisaje en un amarillo lívido de eclipse, sin sombras ni relieves.
Ostentaba en las precoces arrugas y en las infinitas patas de gallo el estigma del sol tropical.
Apenas bajaba el sol, el termómetro comenzaba a caer con él, tan velozmente que se podía seguir con los ojos el descenso del mercurio.
Todas las cosas que noto aquí pasan por primera vez.

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