martes, 10 de noviembre de 2009

Arthur C. Clarke en 2001 - UNA ODISEA ESPACIAL

UNA ODISEA ESPACIAL Arthur C. Clarke

Era muestra de barbarie destruir algo que no se podía comprender.

Se las bautizaba por lo general con nombres femeninos, tal vez en reconocimiento a que su comportamiento fuera en ocasiones un tanto caprichoso.

El trabajo es el mejor remedio para cualquier trastorno psíquico.

Intentó evitar pensar en problemas de tan largo alcance, para concentrarse en los inmediatos y esenciales.

Durante los últimos tres meses se había adaptado tan completamente a su solitario sistema de vida, que le resultaba difícil recordar cualquier otra existencia. Había sobrepasado la desesperación y la esperanza, y se había instalado en una rutina completamente automática punteada de crisis ocasionales cuando uno u otro sistema mostraba señales de funcionar mal.

Se daba cuenta de algunos cambios en sus normas de conducta, hubiese sido absurdo esperar otra cosa, dadas las circunstancias.

Halló la paz y el sosiego, como a muchos le había sucedido, en la abstracta arquitectura de Bach, ocasionalmente mezclada con Mozart.

Mas nadie había tenido nunca ni el más leve pensamiento en la singular coincidencia de que los anillos de Saturno nacieron al mismo tiempo que la especie humana.

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