martes, 3 de noviembre de 2009

Ambrose Gwinet Bierce en "Diccionario del Diablo"

Ambrose Gwinet Bierce Diccionario del Diablo
Título del original inglés: The Devil’s Dictionary
Editado por elaleph.com

Ambrose Gwinet Bierce (1842-1914)

Este sentimiento florecería en parricidios literarios exorcisantes. “En las primeras horas de una mañana del mes de junio de 1872 asesiné a mi padre, hecho que, por entonces, causó en mí una profunda impresión”.
El espectáculo de una humanidad estúpida y cruel, que echa mano de cualquier medio con tal de masacrarse con eficacia, lo enternece.

Admitir, v. t. Confesar. Admitir los defectos ajenos es el deber más alto que nos impone el amor de la verdad.

Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

Ausente, adj. Expuesto a la mordedura de la calumnia, vilipendiado, irremediablemente equivocado, sustituido en la consideración y el afecto de los demás.

Baco, s. Cómoda deidad inventada por los antiguos como excusa para emborracharse.

Calamidad, s. Recordatorio evidente e inconfundible de que las cosas de esta vida no obedecen a nuestra voluntad. Hay dos clases de calamidades: las desgracias propias y la buena suerte ajena.

Cerbero, s. El perro guardián del Hades, que custodiaba su entrada, no se sabe contra quién, puesto que todo el mundo, tarde o temprano, debía franquearla, y nadie deseaba forzarla.

Cerebro,s. Aparato con que pensamos que pensamos.

Cerradura, s. Divisa de la civilización y el progreso.

Cleptómano, s. Ladrón rico.

Comestible, adj. Dícese de lo que es bueno para comer y fácil de digerir, como un gusano para un sapo, un sapo para una vívora, una vívora para un cerdo, un cerdo para un hombre, y un hombre para un gusano.

Conocido, s. Persona a quien conocemos lo bastante para pedirle dinero prestado, pero no lo suficientepara prestarle. Grado de amistad que llamamos superficial cuando su objeto es pobre y oscuro, e íntimo cuando es rico y famoso.

Consultar, v. Requerir la aprobación de otro para tomar una actitud ya resuelta.

Egoísta, s. Persona de mal gusto que se interesa más en sí mismo que en mí.

Entusiasmo, s. Dolencia de la juventud curable con pequeñas dosis de experiencia.

Escrituras, s. Los sagrados libros de nuestra santa religión por oposición a los escritos falsos y profanos en que se fundan todas las otras religiones.

Espalda, s. Parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad.

Fanático, adj. Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.

Filántropo, s. Anciano caballero rico y generalmente calvo que ha aprendido a sonreir mientras su conciencia le roba los bolsillos.

Futuro, s. Epoca en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.

Infortunio, s. Especie de fortuna que siempre llega.

Insensible, adj. Dotado de gran fortaleza para soportar los males que aquejan a los demás.

Misericordia, s. Virtud que aman los delincuentes sorprendidos.

Negativa, s. Las negativas se gradúan en una escala descendente de finalidad, a saber : la negativa absoluta, la negativa condicional, la negativa de sondeo y la negativa femenina, que algunos casuistas llaman negativa afirmativa.

Nepotismo, s. Práctica que consiste en designar a la propia abuela para un cargo público por el bien del partido.

Palacio, s. La residencia de un alto dignatario de la Iglesia se llama palacio, la del fundador de su religión se llamaba pajar o pesebre. El progreso existe.

Precipitación, s. Prisa de los torpes

Presagio, s. Señal de que algo ocurrirá si no ocurre nada.

Prójimo, s. Aquel a quien nos está ordenado amar como a nosotros mismos, pero que hace todo lo posible para que desobedezcamos.

Refrán, s. Dicho vulgar, proverbio. Cuida los centavos, que los pesos se despilfarran solos. Mejor tarde que antes de ser invitado. Predicar con el ejemplo es mejor que seguirlo. No dejes para mañana lo que pueda hacer otro. De dos males, trata de ser el menor.

Responsabilidad, s. Carga desmontable que se traspasa fácilmente a las espaldas de Dios, el Destino, la Fortuna, la Suerte o el vecino. Los aficionados a la astrología suelen descargarla en una estrella.

Rezar, s. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un solo peticionante, confesadamente indigno.

Ruido, s. Olor nauseabundo en el oído. Música no domesticada. Principal producto y testimonio probatorio de la civilización.

Sabiduría, s. Tipo de ignorancia que distingue al estudioso.

Superar, v.t. Hacerse de un enemigo.

Tiempo, s. Permanente tema de conversación.

Tinta, s. Puede emplearse para hacer reputaciones y para deshacerlas.

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