viernes, 13 de noviembre de 2009

Marlo Morgan en Las voces del desierto

Marlo Morgan LAS VOCES DEL DESIERTO VERGARA Buenos Ares 2008

Sólo cuando se haya talado el último árbol, sólo cuando se haya envenenado el último río, sólo cuando se haya pescado el último pez, sólo entonses, descubrirás que el dinero no es comestible.
Les sugiero que prueben el mensaje, disfruten de lo que les parezca adecuado y desechen el resto.
Para aquella gente, el tiempo no tenía absolutamente nada que ver con las horas del reloj.
“Olvídate del dolor. Aprende a resistir. Fija la atención en otra cosa. Después nos ocuparemos. Ahora no puedes hacer nada.”
Mi madre solía decirme: “Elige con prudencia, porque lo que pides podría muy bien ser lo que recibas.”
Nunca digo “jamás”. He intentado borrar esa palabra de mi vocabulario. Prefiero ciertas cosas y otras las evito, pero la palabra “jamás” no deja espacio para las situaciones inesperadas.
Todo en el planeta existe por una razón. Todo tiene un propósito. No hay monstruos, inadaptados ni accidentes. Sólo hay malentendidos y misterios que aún no se han revelado al hombre mortal.
El propósito del reino vegetal es alimentar a los animales y los humanos, mantener la tierra firme, realzar la belleza y equilibrar la atmósfera. El principal propósito del animal no es alimentar a los humanos, pero lo acepta cuando es necesario. En realidad está para equilibrar la atmósfera y ser compañero y maestro con el ejemplo.
No mienten nunca. No utilizan siquiera una pequeña invención, ni una verdad a medias, ni una grosera afirmación falaz. No mienten en absoluto, de modo que no tienen nada que ocultar.
Aprende a compartir, aprende a no aferrarte a los objetos.
En cuanto a mí, ¿podía yo perdonar a todos los que consideraba que habían sido injustos conmigo? ¿Podía perdonarme a mí misma por todos los daños infligidos?
Aprende a perdonarte y a aprender del pasado, en lugar de juzgarte. Lo fundamental es aceptarte, ser sincero y quererte a tí mismo para obrar de igual manera con los demás.
¿Sería capaz ahora de mostrar la comprensión necesaria para guardar mi equilibrio, mostrarme
imparcial y permitir a los demás que siguieran su propio camino con mis bendiciones?
Son muy escasos los momentos de nuestra vida que dedicamos a descubrir quiénes somos y cuál es nuestro ser eterno.
-Si no celebráis que os hacéis mayores –dije yo-, ¿qué celebráis? -Que nos volvemos mejores –fue la respuesta.
No esperan siempre que los cuerpos aparezcan sin defectos. Es la joya invisible que se lleva en el interior la que carece de defectos.
Con el tiempo aprendí a no preguntar tanto y a esperar a que me explicaran las cosas.
Siempre piensa antes de hablar.
Es bueno observar, aprender y almacenar la experiencia para ser más sabios.
Reconoce el papel de los sentimientos y las emociones en la salud y el bienestar.
El universo sigue creciendo, no es un proyecto acabado.
Es necesario desprenderse de viejas ideas, costumbres, opiniones y, a veces, incluso de viejos compañeros. La serpiente no es menor ni mayor por despojarse de la antigua piel, sencillamente esta mutación es necesaria. No pueden recibirse cosas nuevas si no hay espacio para ellas.
El propósito de la vida es ser libre y feliz. No hay competición, ni perdedores ni ganadores, sólo diversión para todos.
El final de una especie es un nuevo paso hacia el final de la especie humana.
Las personas sólo pueden cambiar de verdad por una decisión propia. Todo el mundo tiene la capacidad de cambiar cuanto quiera de su propia personalidad. No hay límite para lo que uno puede eliminar o adquirir.
“Cuando el pensamiento se hizo flexible, las articulaciones se volvieron flexibles. No más dolor.”
Si hieres a alguien, te hieres a ti mismo. Si ayudas a alguien, te ayudas a ti mismo.
“Si mi canción hace feliz a una persona es un buen trabajo. Ayudas a una persona. Buen trabajoAdemás, sólo se puede ayudar a uno cada vez.”
El tiempo en que se vive y el tiempo en que no se vive: La gente no vive cuando está furiosa o deprimida, cuando se compadece de sí misma o está llena de temor.
Descubre qué te produce placer y qué te produce dolor.
“Dios mío –dije para mis adentros-. Ayúdame a comprender lo que está sucediendo.”
La respuesta me llegó al instante.
Ellos eran maestros del hemisferio cerebral derecho y utilizaban creatividad, imaginación, intuición y conceptos espirituales.
Comprendí finalmente que el mundo es verdaderamente un lugar de abundancia. Está lleno de personas buenas que nos apoyan y comparten nuestra vida si se lo permitimos.
No celebran el hecho de envejecer; celebran que cada vez son mejores.
La pobreza, la forma legal de la esclavitud.
No crean que la tierra está destinada a ser propiedad de alguien. La tierra pertenece a todas las cosas. Compartir, establecer acuerdos, es el único método realmente humano. La posesión es el extremo de la exclusión de los demás por una inmoderada satisfacción propia.
Si los humanos conocen la Divina Unidad y comprenden que el universo no es un acontecimiento fortuito sino un plan en desarrollo, nada pueden temer. O bien tienes fe o bien tienes miedo, pero lo que no puedes tener es ambas cosas a la vez.
Las cosas generan miedo. Cuantas más cosas tienes, más tienes que temer. Al final sólo vives para tener cosas.
Un regalo sólo es un regalo cuando le das a una persona lo que ella desea, y deja de serlo cuando das lo que tú deseas que tenga. Un regalo no obliga a nada. Se da sin condiciones.
Ellos escuchan. Borran la mente de pensamientos y esperan recibir. “No se puede oir la voz de la Unidad cuando se está hablando.” Saben adónde van cuando exhalan su último suspiro en este mundo. Si lo sabes, te marchas en paz y confiado, de lo contrario, es evidente que existe un conflicto.
Una mujer cuyo talento o medicina en la vida era escuchar. Su nombre era Guardiana de los Secretos. No ofrecía consejos ni tampoco juzgaba. Sostenía la mano o la cabeza de la otra persona sobre su regazo y se limitaba a escuchar. A su modo parecía animar a la gente a hallar la solución por sí misma, a seguir los dictados de su corazón.
Todas las enfermedades y los trastornos, tienen alguna relación espiritual, y son como las piedras por las que se cruza un río.
Conocemos la verdad, pero la enterramos. Dedicamos muy pocos segundos a desarrollar nuestro ser eterno.
Todos tenemos dos vidas: la que nos sirve para aprender y la que vivimos según ese aprendizaje.
He aprendido la diferencia entre observar lo que ocurre y juzgarlo. He aprendido que todo es una oprtunidad para el enriquecimiento espiritual.


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