domingo, 21 de febrero de 2010

en Buscar las propias fortalezas

Buscar las propias fortalezas ¿Para qué soy bueno?

Encontrar los puntos fuertes de uno, adueñarse de ellos y trabajarlos es el enfoque que toma cada vez más fuerza para triunfar en la vida. Descubrirlos nos conduce a un mayor bienestar.
¿Cuál es mi fuerte?, ¿Para qué soy bueno? ¿En qué me desempeño hábilmente? Si bien uno no anda por la vida cuestionándose qué es lo que mejor le sale y en qué situaciones siente mayor plenitud, son este tipo de preguntas y sus respuestas elementos importantes en el camino para alcanzar el propio bienestar: algo que buscamos, más o menos constantemente durante toda nuestra existencia. Tal vez se vea con mayor claridad dónde uno anda un poco flojo, pero toda persona en el mundo tiene alguna capacidad o fortaleza más sobresaliente que otra. La cuestión está en descubrirla y tomar posesión de ella para abordar la vida. Echemos un vistazo a las propias. Aunque es importante saber cuáles son los propios talones de Aquiles, hoy se refuerza la idea de hallar en uno mismo las fortalezas.
Se nota un interés creciente en explorar las capacidades de la gente y desarrollar sus recursos.
Hay un intento de comprender científicamente la formación de fortalezas, de cualidades positivas que ayudan a no enfermar o a curar la enfermedad y también a vivir una buena vida, lo que implica ser feliz, no solo no sufrir.
Trabajar en lo que naturalmente se hace bien. El punto es iluminar adecuadamente los recursos para enriquecer nuestras vidas y las de los demás.
El potencial de las personas se refiere a las áreas de fortaleza de cada uno, a las actividades para las cuales rendimos exitosamente.
Fortalezas son todas las características que tienen el potencial de hacer mejor nuestra vida.
Se usan las fortalezas para disfrutarlas o interactuar con otros.
La teoría de inteligencias múltiples propone que existe una variedad de inteligencias que operan
en combinación y son necesarias para realizar bien distintas tareas. Son al menos ocho.
Nuestros defectos son, en su mayoría, la exageración de nuestras virtudes. Podemos mirar nuestros defectos y ver qué virtudes esconden.
Resiliencia: la capacidad de salir fortalecido de las situaciones de crisis o adversidad.
La fórmula es conocer las propias virtudes y talentos y reconstruir la vida para ponerlos en práctica lo más posible.
Poner las propias virtudes y talentos al servicio de alguna causa que sintamos como más grande a nosotros mismos. De esta manera dotas de sentido a toda tu vida.
Las 24 fortalezas se agrupan en 5 categorías:
1. Sabiduría y conocimiento. La adquisición y el uso del saber: 1) curiosidad e interés por el mundo; 2) amor por el conocimiento y el aprendizaje; 3) juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta; 4) ingenio, originalidad, inteligencia práctica; 5) perspectiva.
2. Coraje. Incluyen la concreción de metas ante situaciones difíciles, externas o internas; 6) valentía; 7) perseverancia y diligencia; 8) integridad, honestidad, autenticidad; 9) vitalidad y pasión por las cosas.
3. Humanidad. Cuidar y ofrecer amistad y cariño a los demás: 10) amor, apego, capacidad de amar y ser amado; 11) simpatía, amabilidad, generosidad; 12) inteligencia emocional, personal y social.
4. Justicia. Fortalezas que redundan en una vida comunitaria saludable: 13) ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo; 14) sentido de la justicia, equidad; 15) liderazgo.
5. Moderación. Nos protegen contra los excesos: 16) capacidad de perdonar, misericordia; 17) modestia, humildad; 18) prudencia, discreción, cautela; 19) autocontrol, autorregulación.
6. Trascendencia. Crean conexiones con la inmensidad del universo y proveen de significado a la vida: 20) apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro; 21) gratitud; 22) esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro; 23) sentido del humor; 24) espiritualidad, fe, sentido religioso.

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