viernes, 5 de febrero de 2010

Laura Esquivel en Le Libro de las .. parte 2

Laura Esquivel El Libro de las Emociones Parte 2

De lo único que puedo estar segura es de si estoy triste o alegre.
Compartir.
El estado emocional de una persona determina la forma en que percibe el mundo.
El Simpático y el Parasimpático.
Atacar o huir.
Con más oxígeno y más azúcar en la sangre, el cerebro y los músculos pueden hacer maravillas.
Reprimir la libre expresión de nuestra condición humana provoca graves trastornos y deterioros físicos y psicológicos.
La esperanza que todos los seres humanos tenemos de sentirnos mejor, la búsqueda del bienestar.
Las emociones. Dispuestas a ayudarnos a vivir nuevamente.
Sonrisa contagiosa.
Tenemos dos opciones: acercarnos o alejarnos.
El instinto de supervivencia.
La relajación por medio de la risa.
La meditación.
El hombre constantemente está buscando la manera de cambiar para sentirse mejor.
La relajación por la risa.
Necesidad de afecto.
El hombre se encuentra más solo que nunca.
Compartir una experiencia.
Sonreír.
Solidaridad.
Buscamos la forma de mantener el contacto con nuestra patria celestial. Intuimos que nuestra madre actuó como intermediaria para que nuestra alma se instalara en nuestro cuerpo y nuestro cuerpo en la tierra, pero no fue ella quien le dio vida a nuestra alma. Fue alguien más en otro sitio, y debe de haber un puente de conexión entre este mundo y el otro.
Los mantras o las oraciones, la pronunciación y repetición, ya sea de un mantra o de una oración, en un estado de relajación o meditación, nos abren la puerta a un universo desconocido. Nos hace uno con la energía suprema.
El exceso de información nos deprime.
Campo verde, cielo azul, bálsamo ideal para el alma.
En busca de un abrazo.
Todo el mundo busca mejorar y sentirse bien con lo que hace. No hay forma de sentirse mejor que cuando se es amado, apreciado, valorado.
Para combatir la depresión: una buena dosis de humor.
La risa es la expresión más auténtica de libertad.
Las situaciones ficticias, al terminar la película tendrán fin y las de la realidad no.
La compasión se basa en la aceptación o el reconocimiento de que los otros tienen, al igual que uno mismo, el derecho a vencer el sufrimiento.
Cuando uno se ve empujado a aliviar el dolor de los otros, está actuando de manera compasiva.
Hay una gran diferencia entre querer aliviar el dolor ajeno y querer controlar el mundo para beneficio personal.
Lo que está mal es cuando nuestro bienestar se cifra en que los demás hagan lo que nosotros pensamos que es lo mejor para ellos, aun en contra de su voluntad.
La necesidad de probarnos que los demás nos necesitan.

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