jueves, 11 de febrero de 2010

Paulo Coelho en El Alquimista

Paulo Coelho El Alquimista

Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante.
Cuando vemos siempre a las mismas personas terminamos haciendo que pasen a formar parte de nuestras vidas. Y como ellas forman parte de nuestras vidas, pasan también a querer modificar nuestras vidas. Y si no somos como ellas esperan que seamos, se molestan. Porque todas las personas saben exactamente como debemos vivir nuestra vida. Y nunca tienen idea de cómo deben vivir sus propias vidas.
Jamás entendió que la gente siempre está en condiciones de realizar lo que sueña.
Tenemos que convivir siempre con nuestros errores.
Tenemos que aprovechar cuando la suerte está de nuestro lado, y hacer todo lo posible por ayudarla, de la misma manera que ella nos está ayudando.
Acuérdate de saber siempre lo que quieres.
No quiero cambiar porque no sé cómo hacerlo. Ya estoy muy acostumbrado a mí mismo.
Creo que no son ellas las que me enseñan, soy yo quien aprende.
El lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de algo que se deseaba o en lo que se creía.
La cadena misteriosa que va uniendo una cosa con otra.
Cuando no se puede volver atrás, sólo debemos preocuparnos por la mejor manera de seguir hacia delante.
Cada uno tiene su manera de aprender.
No vivo ni en mi pasado ni en mi futuro. Tengo sólo el presente, y eso es lo único que me interesa. Si puedes permanecer siempre en el presente serás un hombre feliz.
Cualquier cosa en la faz de la tierra puede contar la historia de todas las cosas.
El mal no es lo que entra en la boca del hombre. El mal es lo que sale de ella.
Todo el Universo conspiró para que yo llegara hasta ti.
Sirve para comprender el mundo tanto como cualquier otra cosa sobre la faz de la tierra.
Basta con contemplar un simple grano de arena para ver en él todas las maravillas de la Creación.
Escucha a tu corazón. Él lo conoce todo.
Nadie consigue huir de su corazón. Por eso es mejor escuchar lo que te dice.
El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento.
Cada momento de búsqueda es un momento de encuentro con Dios y con la Eternidad.
Una simple ley del mundo: Cuando tenemos los grandes tesoros delante de nosotros, nunca los reconocemos. Porque los hombres no creen en tesoros.
Nadie deja de sufrir las consecuencias de cada cosa que sucede bajo el sol.
Los ojos muestran la fuerza del alma.
Cuando amamos siempre deseamos ser mejores de lo que somos.
Algunos árabes creemos en los proverbios de nuestra tierra: “Todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera”.
Una obra sólo está completa cuando se alcanza el objetivo.
¿De qué sirve el dinero si tienes que morir?

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